sábado, 11 de junio de 2011

Tasmania 2: El Mona y Dustin Hoffman

Entrada al Mona
Palabras de agua en la instalación Bit Fall de Julius Popp

Lo de Dustin Hoffman en Rain Man no es leyenda.
Sin tener la cabeza torcida ni el tartamudeo (y espero que tampoco un hermano tan impostado, insportable y sabelotodo como Tom Cruise), David Walsh es un multimillonario tasmano que comparte con Raymond Babbitt el don por los números y las secuencias numéricas. Walsh padece también el síndrome de Asperger, que es un trastorno mental y de comportamiento que forma parte del espectro de trastornos autísticos.

Entre sus variados dones y obsesiones, destaca, como decía, el de los números. De hecho, es matemático.

Cuenta la sabiduría popular que este hombre se recorrió el mundo en diagonal entre las apuestas de caballos y los bingos, ganando auténticas fortunas. Un día, para salir de no sé qué país, se dio cuenta de que que llevaba demasiada pasta encima cómo para salir así tal cual. Oh, ese problema, ya sé. Total, que decidió, más o menos (no sé si fue en ese momento, el día antes o cuando, pero lo decidió, y es lo importante), comprar una obra de arte para invertir el pastizal.

Dicen que así empezó su coleccionismo de arte que como todo en él, ha acabado siendo una obsesión. Tanto, que acabó fundando el MONA, el Museum of Old and New Art, uno de los sitios en general y museos en particular más espectaculares en los que he estado nunca (superando MACBA's y modernidades varias) y, sin duda alguna, el museo privado más importante de Australia (de goleada, vamos).
Un museo gratuito enmarcado en un entorno inverosímil e insultantemente bello dónde, tras llegar en un ferry, se te subministra un i-pod en la entrada con el fin de consultar toda la información de las obras: el i-pod geolocalizará tu posición dentro del museo y te enviará todos los datos de cada pieza, e incluso te permitirá que la clasifiques, entiéndase: decir si "I loved it" o si "I hated it". Además, luego te llegará un e-mail con todas las obras que has visto (las que no has visto, no) que han quedado registradas en tu i-pod, para que consultes información complementaria o simplemente, puedas volver a recordar el título. Delicioso.

El contrapunto: la imagen de montones de gafapastas entre momias y postmodernidad toqueteando ansiosos su i-pod es a ratos grotesca, pero a la experiencia del Museo lo pongo un diez y a David Walsh, un once. (Más sobre Walsh, aquí)

Espectacular el viaje en ferry hasta allí, que me hizo entender un poco porque a Tasmania la llaman la pequeña Nueva Zelanda.


Snake, Sidney Nolan

Fotograma de AAA de Marina Abramovic

3 comentarios:

Tetiolo dijo...

I jo que pensava que a Tasmania nomes hi havien diablos...jeje

Un mozo de almacén dijo...

Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis... trescientos cincuenta y siete,... dos millones quinientos cincuenta mil... CINCO MILLONES Y MEDIO DE BESOS

PD. La caja se va llenando...

Anónimo dijo...

1Hola, hemos agregado un trackback (enlace hacia este artículo) en el nuestro ya que nos pareció muy interesante la información detallada pero no quisimos copiarla, sino que nuestros lectores vengan directamente a la fuente. Gracias... datacredito en colombia - dicom en chile - dicom en chile - dicom en chile - dicom en chile