Se podría decir que, tal y como me ha dicho ella a través del chat del correo hace un rato (vivan las tecnologías -casi siempre-, viva tú, oportuna y elocuente por saber siempre encontrar nombres sin darte cuenta), lo de estos días han sido pequeños agujeros.
Separarme de mi hermano me dejó una sensación de vacío, algo parecido a un volver a empezar. Y además, un poco de pereza, y de morriña. A eso, le sumé ciertas dudas, que aunque ya tenía el gusto y no eran nuevas, debo decir que estaban bastante dormilonas hasta el momento, e incluso creí que habían decidido mudar de piel.
Estos días se despertaron y decidieron darme la noche, a mi, que quería dormir.
Pero los agujeros están para eso, para poder disfrutar y chupar mejor los horizontes que vienen después. Creo que en realidad es tan fácil como admitir que el plan de todo esto era crecer, pero que en cuanto se presenta la oportunidad para ello (clara, sin confusión, brillante), qué pereza! ¿Ya? No veas ¿tiene que ser de esta manera? ¿por qué? perooo, ¿por qué?
En fin. Ya pasó, todo bien. Energía otra vez. Ganas, muchas.
Y Laos conmigo.
País brutal, de momento. Gallos transnochados que deciden darle al pico a las dos de la mañana. Monjes budistas de catorce años que me enseñan sus habitaciones adolescentes llenas de pósters y me ponen música lao con toque britpop y me preguntan dónde está mi husband y mis, oh my God, hijos. Incontables horas (mejor no llevar la cuenta) de autobús por carreteras sin asfaltar en trayectos surrealistas que cruzan aldeas de cabañas de madera, llenas de gallinas y personas a partes iguales.
Así pinta Laos en sus primeros días.
Y en cuánto a mi.
Tras casi noveinta días caminando, lo mío sigue siendo, de momento y para largo, la perspectiva de ser la dueña absoluta y total de mis días, con todo lo que tiene de aterrador y de grandioso.
7 comentarios:
brrravísssimo (lo que viene, lo que hay, el hueco).
ufffff
Quant pagaríem molts per poder subscriure l'últim paràgraf!!!
La foto es como el grito de Munch. En vez de coger la cámara parece que te tapas los oídos.
El grito en el hueco.
Estoy con Conde-duque! Parece que grites a la tierra, para que siga dándote más y no permita que dejes de pisarla. Segueix caminant guapa, que nosaltres seguirem llegin-te...brutal!
Mariona. Soc Maria Conesa, i tinc el teu pasaport. Estic a la tenda de les bicis i han canviat el teu pasaport pel meu. Estare a Luang Prabang dema encara. Si pots pasa per la tenda i els canviem!
Mariona, hija, vete corriendo a la tienda de bicis a por el pasaporte!!!
¿Pero no te habías dado cuenta?
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