Ya he llegado a Melbourne y la ciudad, que de momento me fascina y aturulla, me ha congelado la energía en la búsqueda del espacio: una habitación, un sitio dónde parar.
Tanto tiempo de nómada y qué fácil era la falta de compromiso.
Mientras, algo de esta llegada y las primeras impresiones en esta ventana. Pronto, una descongelación global de todo lo demás aquí.
¡Salud!