Es algo parecido a la obviedad del a qué huelen las cosas que no huelen.
Sin foto:
las imágenes que más me gusta conservar en mi cabeza no tienen foto.
No existe el acceso directo desde el ordenador a ninguna de las diapositivas mentales a las que recurro cuando huele mal ahí arriba.
Contornos limitados (a veces también infinitos), toda la gama cromática, y hasta incluso los bits del flujo de la información digital. Existen. Yo las veo. Pero no están en ninguna caja en el fondo del armario, ni se sostienen con las manos con aire nostálgico.
A alguno le da por liarme y convencerme de que son una ilusión óptica, pero yo sé que son reales, sólo que no puedo volver a por ellas al mismo lugar donde las vi por vez primera: recuperarlas en su estado natural antes de que decidieran vivir en mi cabeza sería domesticarlas, y a mi me encantan porque son salvajes.
Así que saldré a por ellas a otra parte. Como saldría esta noche también a la calle a buscar el telefonillo, para poder decirle donde lo esconden:
“y tu qué quieres”
-pregunté después de lo mío-;
me respondió que ya hace mucho
que no escribe la carta a los reyes.
Que alguien me diga (guardo los secretos) dónde está el portal de los Reyes y las fotos.
3 comentarios:
Clumsy!Ma dove sei? Ancora non capisco un cazzo..;-)Io sono ritornata della bellissima sardegna.Abbiamo visitato anche la casa dello studente. Era strano. Io ci abitato veramente un mezz'anno?!E stata un'altra vita.
Baci, Diana
pues te respondo con algo parecido a la obviedad de otro anuncio: el regalo es la búsqueda.
Hoy he estado con tu compañero de piso! jejejeje! besos Mariona! queremos que actualices más! y queremos más fotitos!! -
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